"Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después todo el amor pertenece a los pensamientos."
autor: Albert Einstein
EL AMOR
¿Qué es el amor? ¿Solo nosotros, los humanos, sentimos amor? ¿Cuándo se ejerce el amor? Hay tantas preguntas…
Creo que el amor es un estado interior, es un estado mental (y espiritual). Amar es ofrecer amor a cambio de nada. No es la locura hormonal de la adolescencia, eso es sexo, eso es biología, eso es otra cosa. El amor empieza a notarse cuando es pensado, cuando uno se da cuenta de que ama. Hasta ese momento no existe nada.
Amor a mi pareja, amor a los padres, amor a los hermanos, amor a los amigos, amor a los compañeros de trabajo, amor a los animales, amor a las plantas, amor a las montañas, amor al agua, al aire, a las cosas… amarlo todo es la mejor manera de ser feliz. Vibrar en el amor.
Ocurre una cosa con el amor y es que la sociedad en la que vivimos nos lo intenta quitar a todas horas. Cuando vamos por la calle de una gran ciudad, abarrotada de gente, normalmente no amamos a aquellos con los que nos cruzamos. Cuando estamos atascados con el coche en el centro no amamos a aquellos otros que van dentro de sus coches. Cuando en el trabajo nos presionan, o cuando nos maltratan, o nos… no solemos amar a aquél que lo hace. A eso me refiero, y en eso tendremos que prestar más atención porque ahí es donde más necesario es tragar saliva y abrir las puertas al amor. Sólo podrás hacerlo si dejas de lado tu orgullo (tu ego; que no es más que esa voz en tu interior que te dice: “no permitas que ese cabrón te humille” –por ejemplo–).
El ego es un problema porque nos obliga a hacer cosas que muchas veces no queremos o no deberíamos hacer. El ego es quien te hace pasar por encima de los demás, es quien no teme a perjudicar a otro mientras él tenga beneficio. El ego inicia todas las peleas y todos los accidentes, es quien se encarga de que no seamos felices… digamos que es la cara oculta del amor. Ser ego-ista es vivir en el ego.
El amor en cambio, cuando surge, siempre vence al ego, pruébalo y verás. La próxima vez, cuando te encuentres en una situación en la que lo “lógico” sería que estalles en ira, abre las puertas al amor (sólo podrás hacerlo si eres consciente de ello), ahoga todo tu enojo y tu sed de venganza en el amor, acaba con tu ego y aunque te parezca indignante deja que todo pase por delante de ti como si contigo no fuera la cosa. Entonces respira y ama a aquello que te está enojando, a aquello que te está odiando, ámalo con una sonrisa y aquello se disolverá como el humo porque le habrás vencido con amor, que es mucho más elevado. Yo lo he probado y te aseguro que funciona aunque puede resultar difícil al principio. El otro podrá pensar que eres idiota, pero qué sabe él o ella.
El amor es el arma más poderosa, pero la consciencia es una herramienta necesaria para utilizar el amor. Ser plenamente consciente es abrir la mente parar percibirlo todo, pensarlo todo y percibirlo todo; todo lo que te rodea, absolutamente todo está ahí para tí, para que lo veas, lo huelas, lo sientas, lo toques, lo pienses, lo oigas… nada es casual. Si no consigues abrir esta importante puerta (la de la consciencia) no podrás percibir el amor en su plena y explosiva naturaleza.
El amor no son las poesías de Garcilaso, no es besar todos los días a una persona. El amor es ponerse en función de todo lo que nos rodea, es estar por debajo en lugar de estar por encima, es escuchar cuando otro lo necesita (aunque uno quiera gritar), el amor es devolver amor cuando te envían odio. Es reír cuando se desea atacar, es respirar y percibir lo grande de este mundo.
“Houston, tenemos un problema” Esto sólo es posible si yo me quiero a mi mismo tanto como para estar bien siempre (o casi siempre). Si normalmente estoy estresado, cansado, triste, enojado, furioso… entonces es que no me quiero lo suficiente, porque alguien que se ama profundamente no se permite estar así la mayor parte de su tiempo. Primero debo amarme a mí para, después, poder amar al resto del universo. Yo soy un ser poderoso porque así lo he decidido y como ser poderoso que soy, ya hace algún tiempo que decidí vivir en el amor. Para ello en primer lugar me quiero, busco estar bien siempre (aunque todavía en ocasiones pierdo la consciencia por unos momentos y corro para regresar a ella) porque sé que sólo estando bien yo, podré estar bien con el resto. Esto es muy importante. Cuido mi mente y cuido mi cuerpo. Cuido que las palabras que pronuncio cada día no atraigan al ego ni al odio, ni a nada del lado oscuro, porque no me da la gana. Puedo vivir sin decir “me cago en su puta madre” o “ese cabrón es un hijo de puta”, o incluso otras chingadas menores. No quiero, me niego. También cuido mis pensamientos (eso es un poco más difícil, pero no imposible), intento pensar limpiamente, positivamente, de forma luminosa. Esto es más difícil porque ser consciente de los propios pensamientos no siempre es fácil, normalmente no nos damos cuenta de lo que pensamos porque estamos tan habituados a convivir con nuestros pensamientos que no les damos la suficiente importancia. Hay veces en las que me sorprendo de lo que llega a pasar por mi cabeza, entonces sonrío y me digo a mi mismo que no debo transitar ese camino, que no lleva a la luz; entonces ese pensamiento se transforma en su opuesto y nace un pensamiento luminoso y de amor. Así es. Te decía antes que también cuido mi cuerpo, es necesario para estar en equilibrio. Ya decían los antiguos… “Mens sana in corpore sano” Una mente sana en un cuerpo sano. Porque cuerpo y mente están conviviendo y necesitan armonía. Y cuando digo mente digo espíritu, digo alma… o como tú le llames.
Es bueno cuidarse, es bueno comer sano, es bueno hacer ejercicio, pasear, etc. Es muy bueno no comer animales, yo ya hace algún tiempo que decidí comer vegetales… si lo haces verás como te sientes mejor, pero como casi todo… tampoco es bueno ser muy estricto… ¿puede escaparse alguna loncha de jamón de vez en cuando?… jajaja. Seguiré en otro momento… o no. Te quiero.
Wabbbla. 22 de Octubre de 2009.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario