Ser hada no es ninguna bicoca. Para empezar, la diplomatura de hada se otorga en escasísimos bosques secretos, hay una larga lista de espera y el camino o sendero que conduce a una hada a conseguir sus alas es largo y difícil.
Soy un antiguo coleccionista de mariposas, hoy ya no las colecciono. Heredé de mi padre su colección, quien a su vez la heredó del suyo, mi abuelo. Yo la conservé de adolescente y contribuí a aumentarla durante años hasta que mi hijo me hizo caer en la cuenta de un detalle que jamás habría sospechado.
Mi hijo Tobias me reveló que algunas aspirantes a hadas, las que no consiguen finalmente su diplomatura como tales, deben conformarse con convertirse en mariposas. Es lo que les queda si quieren surcar el cielo de los bosques. Yo no sé si es verdad o no, pero la sola posibilidad de que sea así hizo que desistiera de coleccionar mariposas. ¿Y si lo que tenía entre manos era una colección de hadas ensartadas en alfileres y no una supuesta colección de lepidópteros?
Los hijos enseñan mucho, los de hoy más que nunca, hablan desde el corazón, saben cosas que los adultos no sabemos. Por ejemplo, mi hijo Tobías es capaz de hablar con los árboles ¡y éstos le responden! Lo sé porque una vez nos perdimos en un bosque y los árboles le dijeron dónde estábamos su madre y yo con toda exactitud. Después de ese incidente lo he visto conversar con ellos y obtener informaciones que no pueden inventarse ni siquiera por un niño de siete años.
El sendero de las hadas es largo y complejo. Tobias me lo reveló, tras serle confiado por un olivo centenario. Las hadas deben, para diplomarse formalmente, transitar con aprovechamiento los ocho eslabones de la senda del conocimiento.
El primer eslabón es la recta comprensión: una hada debe aprender a discernir entre lo trivial y lo accesorio y desarrollar la visión para saber cuándo es una cosa y cuándo es la otra. Cuando son diestras en esta habilidad, ocupan su tiempo en lo esencial, lo que de verdad cuenta y que siempre tiene que ver con el amor.
El segundo eslabón es el recto modo de pensar: una hada debe aprender a pensar con lucidez y desapego por sus propios pensamientos. En su mente solo deben cruzar pensamientos desapegados y compasivos que la liberen de la ofuscación propia de los humanos. Un hada no defiende una opinión porque sabe que es una creación mental vacua.
El tercer eslabón es la recta palabra: para que una hada pueda ser útil al mundo es preciso que sus palabras estén libres de veneno, falsedad o frivolidad. Las palabras acertadas curan, enseñan y portegen de las emociones insanas. Una hada cuida su vocabulario y nunca se permite en la escuela de hadas el chisme.
El cuarto eslabón es la recta acción, pues de todos es sabido que las hadas se comportan de un modo intachable, tanto en público como en privado. Sus actos hablan por ellas y sus más nobles acciones van siempre encaminadas a aliviar sufrimientos en el mundo y a ayudar a todos los seres sensibles sean plantas, animales o humanos.
El quinto eslabón es el recto estilo de vida que aleja a las hadas de actividades perjudiciales para el planeta o los seres que lo habitan. Su modo de vida es sencillo y respetuoso con el entorno. A las hadas se les enseña a conservar todo aquello que no pueden crear por sus propios medios. Esa es la regla por el respeto a la vida, sea cual sea su forma.
El sexto eslabón es el recto esfuerzo que es aquel que pretende la autosuperación cada día, mejorar y aprender de modo continuo sin creer que porque se aspira a ser una hada se puede actuar con orgullo y desdén con otros seres. La humildad del aspirante a hada es la sexta condición para serlo.
El séptimo eslabón es la recta atención que consiste en atender el momento presente y olvidar todo momento ya sea pasado o futuro. Esta cualidad es la que hace a las hadas eternas pues las libra de la servidumbre del tiempo. La presencia en el aquí y ahora es la parte central del programa para las nuevas promociones de hadas.
El octavo eslabón es la recta concentración que consiste en la fijación de la atención en el único objetivo de hacer el bien con exclusión de todo otro propósito. Evitar las distracciones sobre asuntos triviales para enfocar todas las energías en un propósito de viada, ayudar a expandir la felicidad.
Es cuando una hada ha transitado esas ocho sendas y las conoce tan bien que se desenvuelve con soltura en todas ellas cuando está por fin preparada para recibir su diplomatura de hada y sus alas. ¿Parece fácil? Quien lea este escrito que trate de caminar por esas sendas durante las veinticuatro horas de un día sin salir de ellas ni una sola vez y que después opine.
Por mi parte, después de ponerme al corriente de todo lo que me ha enseñado mi hijo, decidí liberar todas las mariposas de mi colección, las deposité en una cajita que enterré después en un bosque, del que no diré el nombre ni revelaré su lugar, el cual me asegura mi hijo Tobias que está habitado por hadas. Y aunque él no las ha visto nunca, los árboles le han confiado el secreto de su existencia.
Raimon Samsó - Extraído de la Agenda de las Hadas 2010 para el mes de Febrero.
viernes, 5 de febrero de 2010
ESCUELA SUPERIOR DE HADAS DEL BOSQUE
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