jueves, 2 de julio de 2009

TU YO DIVINO

«Una vez más: nada de lo que haces, piensas o deseas es necesario para establecer tu valía.»

Tú eres hijo de Dios. Dios te creó en un destello cegador de creatividad, como una idea esencial Suya, cuando Él Se extendió en amor. Todo lo que tú has ido añadiendo desde entonces es inútil.

Cuando preguntaron a Miguel Ángel cómo creaba una escultura, respondió que la estatua ya existía dentro del mármol. El propio Dios había creado la Piedad, el David, el Moisés. La función de Miguel Ángel, tal como él la veía, consistía en ir eliminando el exceso de mármol que rodeaba la creación de Dios.

Lo mismo pasa contigo. No necesitas crear tu yo perfecto, porque Dios ya lo ha creado. Tu yo perfecto es el amor que hay, dentro de ti. Tu tarea consiste en permitir que el Espíritu Santo retire el pensamiento temeroso que rodea tu yo perfecto, así como un exceso de mármol rodeaba la estatua perfecta de Miguel Ángel.

Recordar que formas parte de Dios, que eres alguien amado y digno de amor, no es arrogancia. Es humildad. Arrogancia es pensar que eres cualquier otra cosa, y no una creación de Dios.

El amor es inmutable y tú, por consiguiente, también. Nada que jamás hayas hecho o puedas hacer mancillará tu perfección a los ojos de Dios. A Sus ojos eres alguien digno por lo que eres, no por lo que haces. Nada de lo que hagas ni de lo que dejes de hacer determina tu valor esencial; tu crecimiento tal vez, pero no tu valor. Por eso Dios te aprueba y te acepta totalmente, exactamente tal como eres. ¿Cómo podrías no gustarle? No te creó en el pecado; te creó en el amor.


M.Williamson "Volver al Amor"

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http://www.trabajadoresdelaluz.com
Namasté (Mi ser divino reconoce y saluda a tu ser divino).

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